Se obtiene mediante el aprovechamiento del calor interno de la tierra, el calor se extrae de depósitos geotérmicos de forma natural mediante fuentes termales, géiseres o volcanes. Una vez en la superficie, pueden utilizarse fluidos a varias temperaturas para generar la electricidad.
Esta fuente de energía renovable es clave hacia la descarbonización, ya que puede cubrir una parte importante de la demanda de electricidad. Para que nos hagamos una idea, una planta geotérmica de 10 MW es capaz de producir anualmente la energía requerida de 23,000 viviendas, evitando así la emisión de 57,000 toneladas de CO2 cada año.